Pese a que la discusión se centra en el sistema penitenciario, pensar este problema desde la Seguridad Ciudadana que es –como siempre afirmo- un campo de reflexión y consecuentemente una arena propicia de producción de conocimiento, nos remite a un análisis muy minucioso de la cuestión.
Propongo dividir esta fase explicativa en dos, en lo que podríamos pensar como CAUSAS y lo que a resultas serían las CONSENCUENCIAS. Empecemos por estas últimas, las cárceles son elementos de gestión de todas las consecuencias que el delito y las violencias pudiera ocurrir, allí el foco de los medios y de algunos periodistas o pseudoespecialistas en seguridad, de hecho algunas estrategias de las agencias de seguridad no son preventivas. No digo que no haya que mejorar cárceles, o abrir nuevas, tampoco digo que NO se le preste atención a los reos. Lo que sugiero es atender las CAUSAS, que están por fuerza del terreno de la Seguridad. Las causas están en las familias, en las instituciones primarias. Las violencias domesticas fueron naturalizadas, el consumo de productos violentos en los hogares fue naturalizado ¿qué podemos hacer allí?, atender siempre a las consecuencias es luchar contra los molinos de viento, se prueba una metodología, luego otra y otra, culpamos a los políticos, a los policías a los penitenciarios, etc. Todos ellos viven en el terreno de las consecuencias, y las causas? Cuando las atenderemos?