Sobre la teoría del cuidado

Introducción

Podríamos preguntarnos, como elemento disparador ¿es la Policía una institución que ejerce acciones de cuidado? Dar respuesta a este interrogante implica una discusión de gran relevancia que no será parte de este trabajo, pero en la reflexión y búsqueda de este arte en la institución policial quedó en evidencia una organización que no es parte de la policía pero que está integrada por uniformados activos y pasivos que decididamente ejercen cuidados en tanto pensamos el cuidado o algo parecido. Si bien cuidar es una relación y un proceso (Báez Hernández et al, 2009), que se encuentra cristalizado en la Asociación Civil Policial (ACP), creada allá por el año 2012 con el objeto de defender los derechos del trabajador policial y promover nuevos conocimientos para el funcionario policial, y reivindicar la lucha por los derechos de los trabajadores de la seguridad pública. El cuidado de los asociados consistía en alejarlo de la situación de vulnerabilidad a la que lo sometía el mismo estado, para ello un equipo de abogados, vigilantes y cuidadosos de todo atropello.

Posteriormente nuevos servicios tomaron formas en la Asociación, ampliando el rango de cuidado para su núcleo familiar. El objetivo de este trabajo es presentar de manera sucinta la organización y las practicas del cuidado en la Asociación Civil Policial de Santa Cruz, a la luz de algunos conceptos teóricos de autores visto en la cursada que nos irán guiando como hilos conductores en el desarrollo del mismo.

Cuando los policías necesitan ser cuidados

En muchas ocasiones en la practicas policiales el cuidado es, en apariencia un quehacer de arriba hacia abajo, lineal y transversal, tal como lo expresa “el imaginario colectivo los considera – a los policías – maquinas incasables y les exige una entrega extraordinaria para aniquilar el crimen” (Coca Muñoz, Thomas Argueta 2017), pero poco se escucha sobre la protección y el cuidado del policía.

Si el uniformado trabaja para cuidar a la ciudadanía es un debate que escapa a este trabajo, pero es ineluctable enfocar la mirada en ¿quiénes cuidan a ellos?, en efecto…nadie puede sobrevivir sin recibir los cuidados adecuados a lo largo de su vida. (Faur y Pereyra, 2018). Sin duda que el abordaje del bienestar policial obliga a tener en cuenta que a la repartición se le está vedado sindicalizarse, por lo cual el régimen de protección laboral de los policías se encuentra en las disposiciones contenidas en sus estatutos, es decir en manos del mismo Estado, de donde provienen los abusos y opresiones más significantes.

En este contexto cobra sentido la Asociación Civil Policial, cuya misión es actuar como interlocutor válido antes los organismos públicos y privados para cuidar los intereses de sus asociados y defender la libertad de su ejercicio profesional. Para ellos dispone de un equipo de letrados a los efectos de asistirlos en el desarrollo práctico laboral cuando el mismo Estado es quien avasalla los derechos de los uniformados.

La Asociación Civil Policial comenzó ocupándose de sus asociados, pero con el transcurrir del tiempo fue extendiéndose a un cuidado más integral, esto es, a la familia del asociado con múltiples actividades colocando el acento en el bienestar.

El pragmatismo del cuidado

En este apartado me ocupare de analizar esas capacidades de cuidado para el bienestar de los policías y su grupo familiar, para ello resulta de capital importancia las acciones que visibilizan las labores de cuidado para atender las necesidades de comodidad de los uniformados y de su familia en los aspectos físicos, social y ambiental. Esta noción del cuidado implica llevar adelante atención a los infantes (niños de 4 a 8 años), para ello la ACP dispone de maestras tituladas y auxiliares que brindan apoyo escolar y guardería. Si partimos de la premisa que la función policial requiere de jornadas extensas de trabajo (servicios ordinarios y adicionales), la prestación del servicio de la Asociación es de suma utilidad para los padres y madres policías. Merece una mención especial la colaboración estatal, pues el gobierno provincial designó dos docentes que, junto a otras maestras designadas por la ACP, (cuyas tareas son ad honorem), empatizan el trabajo en equipo como pilar de los programas de servicio que lleva adelante la ACP. Tal como lo sostienen las autoras Faur y Pereyra (2018), aunque todos necesitamos ser cuidados no todos estamos predispuestos a suministrar con gran intensidad y dedicación ese cuidado hacia el otro.

En esta línea, la Asociación Civil Policial reafirma la concepción del cuidado, y, en consecuencia, apunta a la protección de los hijos del personal policial, respetando los derechos fundamentales. Desde la concepción del cuidado resulta fundamental priorizar estrategias de prevención de las distintas formas de violencias, cosa que la ACP ha enfatizado desde sus primeros días procurando el cuidado y la contención de aquellas generadas desde el mismo Estado, tratando de minimizar o suprimir las desigualdades, puesto que es menester atender estos aspectos, máxime si las… responsabilidades atribuidos a los hombres y mujeres de carne y hueso mediante una organización social de los cuidados que dista de ser equitativa. (Faur y Pereyra, 2018, como se citó en Lewis, 1997; Sainsbury, 1996, 1999). Lo llamativo aquí, de la actividad del cuidado, es la simbiosis que se entrelaza entre las actividades de aquellas docentes Estatales y aquellas otras de espíritu solidario que en conjunto ponen en marcha las acciones que ayudan a mantener y preservar la dignidad de la familia policial. Si cuidar es una forma de vivir y estar en relación con otro, de habitar en el mundo, estas docentes y auxiliares puede conceptualizar la necesidad del cuidado familiar de manera objetiva. A todo esto, el Estado se materializa en sus debilidades de esta manera. El Estado colabora como abastecedor, pero a su vez también, delega responsabilidades indicando la dinámica de intervención entre comunidad y mercados. (Faur y Pereyra, 2018). Ahora bien, tomando lo afirmado por Faur y Pereyra (2018), respecto a la organización social del cuidado, argumenta que es el medio o herramienta fundamental para poder conocer ese entramado que emergen entre los organismos que regulan y suministran estos servicios y sus modos en que los ciudadanos acceden o no a ellos, esta demanda del cuidado que viene a cubrir esta Asociación Civil Policial con sus diversos servicios, no es más que un reflejo de ese dinamismo entre oferta y demanda que los mercados predominantes exigen a lo gubernamental y que este último no llega a cubrir.

Frente a esta situación es importante continuar profundizando en la reflexión teórica que nos permite abordar la complejidad de estos nuevos fenómenos del cuidado para poder contraponer una perspectiva sólida que promueva modos de estrategias de intervención que tengan como eje de la necesidad de cuidar. En los tiempos que corren las madres ocupan diversas plazas laborales y en el ámbito policial no se registra la excepción, características de la modernización capitalista. “El aumento de la participación económica femenina ha funcionado no solo como un indicador de autonomía, sino también como un mecanismo de adaptación de los hogares para amortiguar las sucesivas políticas de ajuste económico y las crisis sociales”. (Faur y Pereyra, 2018). En la corporación policial las mujeres han sabido conquistar espacios que le eran permitidos solo a los hombres, cabe destacar que estas nuevas responsabilidades alejan a las mujeres muchos más tiempos de sus hogares y del cuidado de sus niños, es así que este mundo laboral Impone a estas madres a que sus niños ingresen a diferentes programas prescolares o en guarderías independientes como la de esta Asociación Civil Policial.

Si bien toda madre desearía lo mejor para el cuidado de sus hijos, una guardería de gran calidad puede ser muy costosa y difícil de poder abonar, sus esquemas pueden llegar a variar según el tipo de cuidado que se ofrece. Sin embargo, en esta ACP estos conflictos se encuentran ausentes. Son estas madres policías la que acompañan los programas de la guardería de sus hijos mediante una participación activa, visitando de forma periódica y charlando con frecuencia con el personal del lugar. De hecho, esta guardería pareciera contar con algunos beneficios importantes para los hijos del personal policial, lo que convierte a este espacio del cuidado en un lugar garantizador del bienestar de esos niños. Shahara Razavi (2007), introdujo un esquema analítico que denomino “diamante del cuidado”, intentando remarcar esos cuatros organismos proveedores por excelencia del cuidado: Estado, familia, mercados y organizaciones sociales. En la cual la ACP se encuentra inscripta.

Conclusión

Si los cuidados son una forma de relacionarse que admite compromiso y responsabilidad, esta Asociación Civil Policial es el ente en el que converge la cosmovisión del cuidado que el Estado no ha podido prodigar a los funcionarios policiales y su familia, entonces – en este caso – no ha podido prodigar cuidado a quienes guardan la ley. Que la Asociación apoye y cuide a los policías no es poca cosa. Empatizar con ellos y con sus familias no solo en tiempos de bonanzas, sino en circunstancias de dificultad, debe ser una tarea urgente del gobierno, pero a
falta de ello la ACP logra suplir esa carencia y pone en relevancia la labor de cuidado, valoración y respeto que el trabajador de la seguridad pública y ciudadana necesita.

Bibliografía

  • Báez Hernández, F (2009) El significado de cuidado en la práctica profesional de enfermería. Aquichon, 9(2), 127-134
  • Coca Muñoz, C., & Thomas Argueta, M. (2017). Bienestar policial: Una mirada a la salud, a la seguridad ocupacional y a la prevención de los riesgos ocupacionales de los policías en El Salvador. Revista Policía Y Seguridad Pública, 7(2), 143-225. https://doi.org/10.5377/rpsp.v7i2.546.
  • Faur, Eleonor y Francisca Pereyra (2018) “Gramáticas del cuidado”, en Piovani, J. I. y Salvia, A. 2018, La Argentina del siglo XXI. Buenos Aires, Siglo XXI editores.
Scroll al inicio