INTRODUCCIÓN
El objetivo del presente artículo busca analizar cómo el personal policial “ve y mira” la prevención de la violencia y del delito a la hora de interactuar con la comunidad, para entender cómo se formulan y se ejecutan estas políticas de prevención por parte de estos actores. Todo ello lo desarrollaremos entendiendo que no es lo mismo “mirar que ver”.
DESARROLLO
Podemos definir la prevención del delito como “la totalidad del conjunto de políticas, medidas y técnicas fuera de los límites del sistema de justicia penal, que tienen por objeto la reducción de los distintos tipos de daño causado por actos definidos como delitos por el Estado” (Van Dijk, 1990:205). Respecto de los niveles de intervención preventivos, de acuerdo a la población destinataria y siguiendo el enfoque epidemiológico, se distingue entre primaria (población en general), secundaria (potenciales ofensores) y terciaria (victimarios) (Crawford, 1998). Con relación a la clasificación de tácticas de prevención del delito, cabe considerar las de tipo situacional ambiental, diferenciadas entre sociales y comunitarias (Sozzo, 2000). La prevención social es la que está centrada en las causas estructurales de la violencia y del delito (propias de la configuración de la sociedad y sus instituciones); por ejemplo, la desigualdad. La prevención situacional se orienta a dificultar actividades consideradas delitos a través de la disuasión, como cámaras de seguridad, patrullas policiales, iluminación. (Appiolza, 2010).
Estas combinaciones de intervenciones sobre las poblaciones, donde se diseñan objeto y tácticas de acuerdo a los factores de riesgo, permiten clasificar diferentes espacios de trabajo en la prevención. Esto incluye algunas de las políticas sociales como estrategias de prevención de la violencia y del delito en las ciudades.
¿Cómo ven los policías la prevención social en las calles?
En el idioma español, tanto la palabra “ver” como “mirar” suelen emplearse como sinónimos en el lenguaje cotidiano, ya que ambas están relacionadas con la acción de percibir mediante la vista. Sin embargo, la Real Academia Española remarca que existe una diferencia entre ambas palabras, que las hace apropiadas a diferentes contextos.
A primera vista, pueden parecer equivalentes, pero su uso puede variar dependiendo de la intención del hablante, motivo por el cual exploraremos esta diferencia y significado relacionado con el quehacer policial comunitario. Si ver es un acto básico y automático que ocurre cuando los ojos perciben un objeto a la luz, esto no implica ninguna intención o esfuerzo consciente por parte del sujeto. Es, simplemente, el hecho de que algo entra en el campo visual. Por el contrario, mirar implica una acción intencional. Es decir, la persona dirige su vista de manera deliberada hacia algo. Requiere voluntad y enfoque para observar un objeto específico.
Abordar un tema como el trabajo policial no es sencillo dado que, bajo este enunciado, pueden recogerse diversas materias que no siempre son coincidentes. En este texto, una primera idea es la puesta en valor: la ciencia y la investigación científica vinculada al ámbito de la seguridad pública, junto con la experiencia y práctica policial, por un lado, y los conocimientos de ciencia política necesarios para la gestión pública por el otro; estos conforman el conjunto de tres elementos clave que han permitido tanto el avance en el ámbito de la gestión pública de la seguridad (políticas públicas) como la mejora en la eficiencia policial.
Pero, si mirar no es lo mismo que ver, entonces, cuando los policías caminan las calles de sus jurisdicciones, están obligados a mirar los presuntos delitos que pueden suceder, más que ver qué linda es la gente que circula por las avenidas y calles de un pueblo.
En la calle, el victimario corre con casi todas las ventajas a su favor, ya que es quien decide dónde y a qué hora atacará a su víctima, la cual se encuentra expuesta por no contar con una barrera física que la proteja. De todas formas, con solo cambiar algunos hábitos, es posible reducir significativamente la chance de ser víctimas de una agresión. La prevención representa el 90% en materia de seguridad, razón por la cual las acciones se deben centrar en esta.
Aunque los asaltos en la vía pública suelen ser al azar, el infractor aprovecha las ocasiones que se presentan más fáciles y elige las víctimas más desprevenidas. Solo actuará en la medida en que se le dé la oportunidad de hacerlo: somos tan vulnerables como lo permitamos. La seguridad no ofrece protección absoluta, pero debe, como mínimo, conseguir detectar, dificultar, retardar, localizar e impedir la acción delictiva.
A esta altura de la lectura de este artículo, seguramente, muchos se preguntarán legítimamente en qué se inscribe nuestra calificación de reduccionismo a la noción de seguridad imperante. Lo hacemos porque entendemos que contiene múltiples dimensiones, tal como lo poseen la dignidad humana, los derechos humanos o la ciudadanía.
Empecemos, entonces, por definir qué se entiende por seguridad. Que algo sea considerado seguro debe estar revestido de las siguientes características: ofrecer confianza, certezas y ausencia de fallas u omisiones.
Por este motivo, hemos formulado la pregunta, a título solo ilustrativo, acerca de algunas de las dimensiones a las que hicimos referencia en párrafos anteriores: ¿el personal policial mira o ve la prevención del delito?
Seguramente, se nos podría señalar, razonablemente, que se podría ampliar la enumeración de dimensiones a considerar. Pero, aunque nos quedemos solo con las señaladas, estaremos poniendo en marcha el proceso de la puesta en valor del concepto de seguridad ciudadana y contribuyendo a la construcción de un nuevo paradigma de la seguridad. Porque todas y cada una de estas expresan un aspecto de la protección de la vida y bienes de las personas. No creemos equivocarnos al señalar que, si las necesidades y derechos que expresan estas dimensiones se encuentran satisfechas, los recursos y acciones que despliega el Estado y sus organismos en el plano de la prevención, disuasión y represión del delito se verán significativamente reducidos. Por eso afirmamos que la misión, cuando miramos en esas presuntas oportunidades de riesgo, es proteger personas y, cuando protegemos personas, estamos protegiendo ciudadanía, lo que, en este caso, significa empezar a bregar por la verdadera significación de la seguridad ciudadana.
BIBLIOGRAFÍA
- Appiolza, M. (24 de noviembre 2010). Prevención social de la violencia y el delito en la Argentina. Publicado en la Plataforma de información para políticas públicas de la Universidad Nacional de Cuyo. URL del artículo: http:/www.politicaspublicas.incu.ar/artículos/index/prevención-social-de-la-violencia-y-el-deñito-en-la-argentina. Fecha de consulta:03/01/2025.